¿cómo nació narciso?
análisis de eco y narciso
La historia de Eco y Narciso es más conocida por el libro tercero de las Metamorfosis de Ovidio, un poema narrativo latino en 15 partes que surgió alrededor del año 8 d.C., cuyo tema unificador es la transformación. Recoge más de 250 mitos clásicos y ejerció una gran influencia sobre Dante y Shakespeare. Aunque su influencia disminuyó después del Renacimiento, volvió a inspirar numerosas obras de arte y música del siglo XX, ya que su advertencia sobre el solipsismo y la obsesión por uno mismo es especialmente pertinente en una época de individualismo.
John William Waterhouse fue un pintor inglés, nacido en Roma, que se movió en la órbita de los prerrafaelistas, aunque fue más bien un neoclasicista. Tenía una especial predilección por representar escenas de la mitología griega y romana en las que aparecían mujeres jóvenes: en 2018 su obra Hylas y las ninfas (1896) fue retirada de la exposición pública en la Manchester Art Gallery para estimular la conversación, supuestamente, sobre las actitudes sociales hacia las mujeres. Desde entonces, ha vuelto a la escena pública. Su Eco y Narciso, una representación no del todo exacta del relato de Ovidio, puede encontrarse un poco más al oeste, en la Walker Art Gallery de Liverpool.
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En esta época en la que miles de jardineros plantan bulbos otoñales, entre ellos narcisos (Narcissus spp.), quizá convenga recordar la leyenda griega que dio nombre a esta planta. Existen varias versiones del mito, entre ellas la siguiente.
La ninfa Liriope consultó a un adivino poco después del nacimiento de su hijo Narciso y éste le advirtió que su hijo viviría hasta una edad muy avanzada, pero con la condición de que nunca viera su propia imagen. Por ello, Liriope hizo todo lo posible para eliminar de su casa cualquier espejo o superficie brillante. Así, Narciso creció sin haber visto nunca su propio reflejo.
Se convirtió en un joven de gran belleza, pero imbuido de sí mismo e insensible al amor. Como resultado, rechazó a muchos pretendientes. Un día envió a Ameinias, especialmente insistente, el regalo de una espada y éste la utilizó para matarse, no sin antes invocar la ira de los dioses sobre Narciso.
Las oraciones de Ameinias se desencadenaron y así un día Narciso descubrió un manantial especialmente tranquilo de agua purísima. Cuando miró hacia abajo y vio su reflejo en el agua, se enamoró al instante del apuesto joven que veía y se negó a abandonar el lugar. Como la imagen permaneció insensible a sus ruegos, un día se suicidó con un cuchillo y su sangre se esparció por el suelo.
narcisista
Céfiso comúnmente deletreado Kephissos o Kifisos (/ˈkɛfɪˌsəs/ o /ˌkɪfɪˈsoʊs/; griego antiguo: Κηφισός Kifisós, [kifiˈsos]) es un dios fluvial de la antigua Grecia, asociado al río Cefiso en el Ática y/o al río Cefiso en Beocia, ambos en Grecia.
Cefiso era hijo de Ponto y Talasa[1]. Las hijas de Cefiso fueron (1) la náyade Lilaea, epónimo de Lilaea,[2] (2) Daulis, epónimo de la ciudad de Daulis[3] y Melaeno madre de Delfos por Apolo, aunque también da otros dos relatos de la madre de Delfos. [4] Sin embargo, una de estas versiones alternativas es que Thyia, hija del aborigen Castalius, fue la madre de Delfos, casi con seguridad la misma Thyia que Heródoto afirma que fue hija de Cefiso, a quien los delfianos construyeron un altar a los vientos y que fue epónimo de las Thyiades[5].
Un hijo mortal de Cefiso fue Eteocles de Euipo, hija de Leucón, hijo de Athamas. Esta Euippe era esposa del rey Andreus de Orchomenus y Eteocles heredó el trono de Andreus[6] Eteocles o Eteoclus, hijo de Cefiso, se confirma a partir de los relatos de Hesíodo y Píndaro[7] Fue el primero en hacer ofrendas a los Charites junto al río Cefiso.
eco y narcisos
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Epopeya mitológica de la época de Augusto. La introducción del mito de la ninfa de la montaña Eco en la historia de Narciso, el hermoso joven que rechazó a Eco y se enamoró de su propio reflejo, parece haber sido una invención de Ovidio. La versión de Ovidio influyó en la presentación del mito en el arte y la literatura occidentales posteriores.
El mito de la diosa se narra en el Libro III de las Metamorfosis, y cuenta la historia de una «ninfa parlanchina» a la que la diosa Venus admira por su magnífica voz y su canto. Cuando engaña a Juno haciéndole creer que su marido, Júpiter, estaba en la ciudad, Juno maldice a Eco haciendo que sólo pueda terminar una frase no empezada, y que no pueda decir nada por sí misma. «Sin embargo, una charlatana, no tenía otro uso del habla que el que tiene ahora, que sólo podía repetir las últimas palabras de entre muchas». Esta es la explicación del efecto auditivo que recibió su nombre[1].