¿qué hacer si mi hijo tiene conductas sexuales?
¿preocupante o no? comprender y gestionar la infancia
Las reacciones a la agresión sexual pueden ser muy variadas. Las reacciones pueden producirse inmediatamente después o mucho más tarde (véase «Reacciones a la violencia»). Por diversas razones, algunas mujeres buscan ayuda después de un tiempo, otras no lo hacen. Las razones pueden ser muchas; puede que no quiera contar a nadie lo que ha sucedido, o que luche con sentimientos de culpa y vergüenza.
Si puede, es aconsejable que se ponga en contacto con los servicios sanitarios lo antes posible para recibir atención y que le hagan pruebas. El personal sanitario puede tomar muestras que pueden servir de prueba contra el agresor si decides denunciar a la policía. Las pruebas se guardan por si decides denunciar a la policía más adelante. El personal sanitario también puede realizar pruebas de enfermedades de transmisión sexual.
Una exploración de la violencia sexual en la india
Si su hijo muestra un comportamiento sexual, es normal que se preocupe. Dicho esto, no tiene por qué cundir el pánico. Desarrolle un plan para abordar el comportamiento y determine si necesitará buscar ayuda profesional.
El primer paso es asegurarse de que entiendes el desarrollo sexual. Si bien puede ser normal que un niño de 3 años se baje los pantalones delante de otras personas, no es normal que un niño de 13 años muestre el mismo comportamiento.
Los niños pequeños no entienden los conceptos de modestia y límites a menos que se les enseñe. Por lo tanto, es importante que los cuidadores les enseñen qué comportamientos son apropiados y cuáles no.
Hay que enseñar a los niños pequeños a conocer su cuerpo y las cuestiones relacionadas con el contacto físico seguro. También deben recibir información sobre cómo responder si alguien intenta tocarles de una manera que les hace sentir incómodos.
Los niños deben recibir información adecuada a su edad. Por ejemplo, cuando un niño de 5 años pregunta de dónde vienen los bebés, no es necesario darle todos los detalles. En su lugar, puedes decir algo como: «Los bebés crecen en el útero, que está dentro del vientre de la madre».
Estrategias para prevenir y responder a los casos de abuso infantil
Muchos padres no quieren pensar en sus hijos como seres sexuales hasta que se convierten en jóvenes adultos. Sin embargo, el comportamiento sexual puede empezar ya en la infancia. Los padres de niños varones suelen hablar de cómo sus hijos se tocan cuando les cambian los pañales. Los niños son curiosos. No sólo sienten curiosidad por su propio cuerpo, sino también por el de los demás. La curiosidad de los niños puede llevarles incluso a tocarse las partes íntimas o a «jugar al doctor».
A veces, sin embargo, los comportamientos sexuales de los niños son algo más que el resultado de una curiosidad inofensiva. En ocasiones, el comportamiento sexual de los niños llega a ser perjudicial para ellos mismos y para otros niños. Existen directrices para ayudar a los padres a determinar si el comportamiento sexual de sus hijos es un problema.
Los comportamientos sexuales problemáticos que muestran los niños son preocupantes. Estos comportamientos implican el uso inapropiado o perjudicial de partes del cuerpo de carácter sexual, como las nalgas, los pechos, el ano o los genitales (incluidos el pene, los testículos, la vulva y la vagina). El niño que muestra el comportamiento sexual, así como cualquier otro niño que pueda haber sido testigo del mismo, o que pueda haber estado involucrado, puede verse perjudicado por dicho comportamiento.
Comportamiento sexual nocivo asistido por la tecnología
El abuso sexual infantil (ASI) se considera una actividad destinada a proporcionar placer sexual, estimulación o gratificación sexual a un adulto que utiliza a un menor con este fin, aprovechando la situación de superioridad. El ASI puede tener consecuencias devastadoras para el niño. Estudios anteriores han concluido que quienes sufren un episodio de ASI realizan conductas sexuales más arriesgadas y tienen más probabilidades de experimentar nuevos episodios de victimización sexual durante la adolescencia y la primera juventud. Existen dos aportaciones teóricas que, aunque ofrecen visiones parciales, pueden ayudar a comprender la asociación entre el ASI, la conducta sexual y la revictimización en la edad adulta: el modelo de dinámica traumática y el modelo de información-motivación-habilidades conductuales. Esta breve revisión ofrece una visión general de los problemas y las explicaciones teóricas que se han presentado hasta el momento, subrayando la importancia de la prevención y la educación sexual desde la infancia, así como la necesidad de seguir investigando para desarrollar modelos teóricos específicos que ayuden a comprender y prevenir el ASI y sus consecuencias.