¿qué le ocurre a narciso al ver su imagen?
¿qué le ocurre a narciso al ver su imagen? del momento
eco y narcisos
Renger, Almut-Barbara. «Narrar a Narciso, reflejar la cognición: Ilusión, desilusión, «autoconocimiento» y «amor como pasión» en Ovidio y más allá» Frontiers of Narrative Studies, vol. 3, nº 1, 2017, pp. 9-32. https://doi.org/10.1515/fns-2017-0002
Renger, A. (2017). Narrar a Narciso, reflejar la cognición: Ilusión, desilusión, «autoconocimiento» y «amor como pasión» en Ovidio y más allá. Fronteras de los estudios narrativos, 3(1), 9-32. https://doi.org/10.1515/fns-2017-0002
Renger, A. (2017) Narrar a Narciso, reflejar la cognición: Ilusión, desilusión, «autoconocimiento» y «amor como pasión» en Ovidio y más allá. Frontiers of Narrative Studies, Vol. 3 (Issue 1), pp. 9-32. https://doi.org/10.1515/fns-2017-0002
Renger, Almut-Barbara. «Narrar a Narciso, reflejar la cognición: Ilusión, desilusión, «autoconocimiento» y «amor como pasión» en Ovidio y más allá» Frontiers of Narrative Studies 3, no. 1 (2017): 9-32. https://doi.org/10.1515/fns-2017-0002
Renger A. Narrar a Narciso, reflejar la cognición: Ilusión, desilusión, «autoconocimiento» y «amor como pasión» en Ovidio y más allá. Fronteras de los estudios narrativos. 2017;3(1): 9-32. https://doi.org/10.1515/fns-2017-0002
significado de la historia de narciso
En la mitología griega, Narciso (/nɑːrˈsɪsəs/; griego antiguo: Νάρκισσος Nárkissos) era un cazador de Tespiae en Beocia (alternativamente Mimas o la actual Karaburun, Izmir) que era conocido por su belleza. Según Tzetzes, rechazó todas las insinuaciones románticas y acabó enamorándose de su propio reflejo en un estanque de agua, al que miró fijamente durante el resto de su vida. Tras su muerte, en su lugar brotó una flor con su nombre.
El personaje de Narciso es el origen del término narcisismo, una fijación con uno mismo. Esta cualidad, a su vez, contribuye a la definición del trastorno narcisista de la personalidad, una condición psiquiátrica marcada por la grandiosidad, la necesidad excesiva de atención y admiración y la incapacidad de empatizar.
El nombre es de etimología griega. Según R. S. P. Beekes, «[l]os sufijos [-ισσος] apuntan claramente a una palabra pregriega»[1] La palabra narciso se ha llegado a utilizar para el narciso, pero no está claro si la flor se llama así por el mito o el mito por la flor, o si hay alguna conexión verdadera. Plinio el Viejo escribió que la planta se llamaba así por su fragancia (ναρκάω narkao, «me adormezco»), no por la juventud.
¿por qué narciso rechazó a echo?
El niño está aterrorizado. Todo el mundo espera que lo guíe, y él no está seguro de poder hacerlo. Se le saltan las lágrimas mientras se cruza de brazos y empieza a mecerse. Todo el mundo me mira. Su corazón se acelera. Su mandíbula se aprieta. Espero no desmayarme. Su cara arde con un fuego que sube por su pecho y se envuelve alrededor de su cabeza, apretando. No puedo hacerlo. No puedo. Tengo demasiado miedo.
Y entonces, en un instante, declara: «¡Bienvenidos amigos!», mientras la congregación se pone en pie, ansiosa por su liderazgo. Todos me miran, y me siento tan bien. Su corazón se acelera. La adrenalina se libera como un rayo a través de su tenso cuerpo. El niño se desvanece mientras ordena el escenario. «Dios es bueno, ¿verdad?», exclama. Me quieren.
El niño o la niña pequeños acechan dentro de cada uno de nosotros. Nuestros miedos nos acechan. Nuestra vergüenza acecha dentro. La sensación de carencia nos acecha. Si estamos relativamente sanos, nos hacemos amigos de nuestro miedo, nuestra vergüenza y nuestra deficiencia, convirtiéndonos en una persona integrada. Si no es así, huimos de estas emociones como extraños amenazantes, viviendo en cambio desde un yo contingente, pulido y armado, desconectado de nuestro núcleo, el verdadero yo donde habita Dios. Pero mientras este yo contingente siente la dicha momentánea en su desprendimiento de la tormenta interior, en realidad no es libre en absoluto, sino que está atrapado en una rueda de hámster interminable, actuando el mismo guión día tras día.