¿qué significa diversitat funcional?

Importancia de la diversidad funcional

La biodiversidad funcional se refiere al conjunto de especies que contribuyen a los servicios del ecosistema en un agroecosistema. En otras palabras, es la biodiversidad que es útil para los agricultores. Proporciona beneficios que pueden ser valorados por el agricultor a través de la gestión medioambiental. El objetivo es aumentar la producción limitando las intervenciones en el campo. Una mejor salud del suelo y de las plantas favorece un ecosistema más resistente.

Cada ecosistema está formado por una multitud de «pequeños trabajadores». Por ejemplo, la descomposición de la materia orgánica la llevan a cabo tanto los microorganismos como los macroorganismos. Su movimiento por el suelo mejora la estructura del mismo, favoreciendo el enraizamiento de las plantas. El acolchado del suelo proporciona los nutrientes que necesitan los descomponedores. También retiene la humedad en el suelo y, por tanto, proporciona un entorno más favorable para las lombrices de tierra. Asimismo, las instalaciones como los setos, las zonas de hierba o los bordes de los campos proporcionan refugio a los enemigos naturales de ciertas plagas de los cultivos. Es posible introducir plantas alrededor del cultivo, como la Dittrichia Viscosa en los olivares. Esta planta atrae a los parasitoides susceptibles de parasitar a la mosca del olivo y, por lo tanto, tiene interés en la regulación de esta plaga. La actividad humana puede perturbar el buen desarrollo de los organismos beneficiosos al degradar la calidad de sus hábitats (modificación de la composición florística, contaminación por pesticidas). La introducción de plantas adecuadas es esencial para no perjudicar los servicios prestados por la biodiversidad funcional.

LEER  ¿cómo afiliar a mi pareja al imss si no estamos casados?

Qué es la biodiversidad funcional

La diversidad funcional es una medida de la biodiversidad basada en los rasgos funcionales de las especies presentes en una comunidad. Los rasgos funcionales son los que definen a las especies en términos de sus papeles ecológicos, es decir, cómo interactúan con el medio ambiente y con otras especies (Díaz y Cabido, 2001[2]). En el fitoplancton, por ejemplo, estos rasgos suelen incluir el tamaño del cuerpo, la tolerancia y la sensibilidad a las condiciones ambientales, la motilidad, la forma, la capacidad de fijación de N y los requisitos de Si (Reynolds et al., 2002[3]; Weithoff G. 2003[4]). En las comunidades de plantas terrestres, los investigadores han incluido rasgos más complejos como las tasas de crecimiento, las necesidades de nutrientes y la absorción de agua (Walker y Langridge, 2002[5]; Barnett et al, 2007[6]).

Los enfoques de la ecología de comunidades basados en los rasgos, que vinculan las estrategias ecológicas, la teoría del ensamblaje de las comunidades y la diversidad funcional (Grime, 2006[7]), tienen el potencial de unificar las diferencias demográficas y funcionales entre las especies que coexisten en relación con los mecanismos de coexistencia (Tilman 1994[8]).

Diversidad funcional frente a diversidad de especies

Vivimos en una era de extinción generalizada impulsada por el hombre: el Antropoceno. Es un hecho que ahora se están perdiendo muchas más especies que en cualquier otro momento de la historia, y el futuro es sombrío. Se prevé que para el año 2100 habremos perdido un 6.300% más de especies que en los últimos 66 millones de años (según las pruebas del registro fósil). Por eso, naturalmente, se ha despertado un gran interés por catalogar la biodiversidad del mundo y realizar experimentos para comprender las consecuencias de la pérdida de todas esas especies. Pero, ¿nos fijamos en la métrica correcta de la diversidad?

LEER  ¿qué son las medidas de acceso?

La riqueza de especies tiene una larga historia de amor con los ecologistas, que se remonta a un siglo o más. Es sencilla, interpretable y se comporta bien en la mayoría de los escenarios estadísticos. Pero también pasa por alto diferencias importantes, lo que, en las circunstancias adecuadas, la hace increíblemente engañosa.

Como biólogos, nos vemos obligados a concluir que las comunidades tienen la misma diversidad. 4 = 4. Pero intuitivamente sabemos que hay algo que no cuadra en esta imagen: la segunda comunidad parece más diversa, ¿no es así? ¿Por qué?

Qué es la diversidad funcional en el trabajo

Los rasgos funcionales son características morfológicas, anatómicas, fisiológicas, reproductivas o de comportamiento que afectan a la forma en que una especie se adapta e interactúa con su entorno abiótico y biótico. Los rasgos anatómicos y fisiológicos descritos por el espectro económico de la hoja se estudian a menudo en las plantas (Bruelheide et al., 2018), aunque son difíciles de muestrear en estudios a gran escala. Entre los helechos, los rasgos morfológicos como la forma de vida y el tamaño de la planta se utilizan ampliamente para describir la diversidad funcional (Kluge y Kessler, 2007; Tanaka y Sato, 2015; Carvajal-Hernández et al., 2018; Nitta et al., 2020).

Además, dado que la funcionalidad del rasgo tiene diferentes aspectos, es necesario utilizar índices complementarios para tener una mejor idea de qué reglas rigen los procesos de ensamblaje (Mouchet et al., 2010). Por ejemplo, el volumen de rasgos representa la cantidad de espacio de rasgos cubierto por un ensamblaje. La distribución uniforme de las especies en el espacio de rasgos se relaciona directamente con la eficacia con la que una comunidad utiliza toda la gama de recursos disponibles. Por último, la densidad se relaciona con la densidad de las especies dentro de este volumen, lo que indica el grado de diferenciación de nichos y de competencia por los recursos.

LEER  Discriminacion por asociacion

Acerca del autor

admin

Ver todos los artículos