¿cómo enseñar el género masculino y femenino?

cómo influye el género en la enseñanza y el aprendizaje

Ahora que el género y la diversidad sexual son más visibles que nunca, nuestro plan de estudios de ciencias debe adaptarse para servir a nuestros estudiantes y prepararlos para el futuro. Entre los jóvenes de 13 a 18 años, el 10,5% se identifica como lesbiana, gay o bisexual (Kahn et al. 2018) y al menos el 0,7% se identifica como transgénero (Herman et al. 2017). La conciencia pública ha crecido hasta el punto de que el 27% de los estadounidenses conoce a alguien que es transgénero, y el 45% ve el género como un espectro en lugar de un binario (n = 1306; Carmichael 2020). En la televisión, uno de cada 10 personajes de la temporada de emisión 2019-2020 era LGBTQ (GLAAD 2020). Sin embargo, las escuelas siguen siendo un lugar donde los jóvenes experimentan diariamente la intimidación y el acoso sobre la base de la orientación sexual o la expresión de género (Kahn et al. 2018).

Incluso los profesores que trabajan activamente contra el acoso pueden sorprenderse al conocer el impacto del currículo inclusivo LGBTQ en la seguridad y el aprendizaje de los jóvenes. Cuando una escuela implementa el currículo inclusivo LGBTQ, los estudiantes informan menos victimización, menos ausentismo y relaciones más positivas con sus maestros (Kosciw et al. 2014; 2018). Sin embargo, esto es excesivamente raro en las clases de ciencias, ya que solo el 2,4% de los estudiantes LGBTQ vieron algún contenido de ciencias inclusivo para LGBTQ en 2017 (Kosciw 2018). La falta de un plan de estudios inclusivo también influye en las trayectorias profesionales de los estudiantes: los estudiantes de último año de secundaria LGBTQ que vieron una representación positiva de LGBTQ en la clase de ciencias tenían un 17,3% más de probabilidades de elegir una especialidad STEM (n = 1124; Kosciw 2014).

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cómo enseñar el género en la gramática

Todos los profesores quieren impartir la mejor enseñanza y crear el mejor entorno de aprendizaje para sus alumnos. Sin embargo, la investigación indica que las mujeres reciben una educación científica significativamente más pobre que los hombres, incluso cuando están en la misma aula. Las consecuencias de esta peor educación pueden verse en las diferencias de género en la actitud hacia la ciencia y en los patrones de inscripción en los cursos. Las mujeres tienen actitudes más negativas hacia las ciencias que los hombres y es menos probable que continúen estudiando ciencias en la escuela secundaria y más allá.

Por supuesto, estas diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la actitud y la matriculación no son únicamente el resultado de lo que ocurre en las aulas. Sin embargo, se han identificado muchos comportamientos y estrategias de enseñanza de los profesores que contribuyen a estos problemas. Estos comportamientos y estrategias del profesorado se emplean a menudo sin mala intención. Sin embargo, el resultado es la desigualdad de género en la enseñanza de las ciencias, que contribuye a las actitudes negativas hacia las ciencias y a la evitación de las mismas por parte de las mujeres.

lista de géneros masculinos y femeninos

Un individuo educado tiene más probabilidades de crecer sano y tener más oportunidades de empleo. Esto aumenta sus posibilidades de criar hijos sanos y de ayudarles a que también reciban una educación. Cuando todos los estudiantes, tanto hombres como mujeres, tienen el mismo acceso a las oportunidades educativas, los resultados repercuten en las generaciones futuras.

La creación de una mayor igualdad de oportunidades educativas para los estudiantes comienza en el aula y con el profesor. Un profesor fuerte es aquel que trata a sus alumnos de forma justa y crea un entorno en el que los alumnos se sienten igualmente capaces de participar.

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Los profesores pueden crear la apariencia de un sesgo de género a través de acciones no intencionadas y no verbales. El primer paso para corregir este problema es organizar su aula de forma que todos los alumnos se sientan iguales.

Es importante que el profesor establezca desde el principio una serie de normas que promuevan la igualdad. Una forma eficaz de hacerlo es crear reglas de clase con los alumnos. Pide a los alumnos que sugieran ideas para mantener una clase igualitaria y respetuosa.

estrategias de enseñanza basadas en el género

Investigación sobre las diferencias de género:    Se ha investigado mucho sobre las diferencias entre hombres y mujeres. Recientemente, gran parte de esa investigación se ha centrado en los cerebros masculinos y femeninos, pero una investigación más específica también se ha centrado en las diferencias de estilo de aprendizaje de hombres y mujeres. En 2003 se publicó en The Journal of Educational Research una investigación realizada por Andrea Honingsfeld y Rita Dunn que concluía que existen «patrones observables basados en el género de las diferencias en los estilos de aprendizaje» entre hombres y mujeres (p.195). Este tipo de investigación tiene implicaciones para los profesores porque es importante que éstos elijan estrategias de enseñanza que tengan en cuenta las diferencias en los estilos de aprendizaje para maximizar los resultados de la enseñanza.

¿A qué se deben estas diferencias? La investigación de Honingsfeld y Dunn se basa en investigaciones anteriores con los mismos objetivos. Los resultados más consistentes sobre las diferencias de género en relación con los estilos de aprendizaje han sido que los hombres tienden a ser más visuales y táctiles que las mujeres, mientras que las mujeres son más auditivas. Por lo tanto, es probable que las chicas aprendan más de las clases magistrales que los chicos. Se ha comprobado que los hombres son más cinestésicos y aprenden mejor haciendo que siendo pasivos. La necesidad de participación activa de los chicos se ha atribuido a la forma en que sus cerebros procesan la información. Otra diferencia muy importante en el estilo de aprendizaje es que las mujeres disfrutan aprendiendo con estrategias variadas, mientras que los hombres necesitan más estructura y rutina, especialmente cuando aprenden contenidos nuevos y difíciles. La última diferencia significativa es que las chicas están más motivadas por sí mismas, por sus padres y por sus profesores que los chicos; los varones están más motivados por sus compañeros. A las mujeres no les importa aprender solas, mientras que los chicos se sienten motivados cuando trabajan con sus compañeros y son alentados por ellos, especialmente los de su mismo sexo.

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