¿cómo se logro la igualdad de género?
Datos sobre la igualdad de género
La igualdad de género para el desarrollo es un tema central del trabajo de i2i y atraviesa todas las áreas temáticas. Identificamos dos áreas de crecimiento para la actual agenda analítica de género de i2i: diseñar y probar estrategias de género en áreas donde se han identificado limitaciones específicas de género; y construir la evidencia sobre las fallas de mercado específicas de género en áreas subatendidas de la práctica de evaluación de impacto. La cobertura temática del programa de género de la i2i pretende cubrir las lagunas en cuatro áreas identificadas en el Informe sobre el Desarrollo Mundial de 2012, «Igualdad de género y desarrollo»: (i) capital humano, (ii) productividad económica, (iii) acceso a la financiación, y (iv) empoderamiento. En general, más de la mitad de la cartera actual de i2i está planificando un análisis desglosado por género, mientras que el 19% de las IE apoyadas por i2i están probando intervenciones adaptadas para abordar cuestiones de género.
La i2i apoya evaluaciones rigurosas de acciones políticas que buscan relajar las limitaciones del lado de la oferta (por ejemplo, mejorar la prestación de servicios de agua potable, saneamiento y atención materna), así como las limitaciones institucionales y de mercado (por ejemplo, reducir las diferencias sistemáticas en los ingresos). En las áreas de investigación de la IE desatendidas, el programa i2i hace hincapié en documentar las limitaciones de género en el contexto de las inversiones en infraestructuras y la gobernanza, con especial atención al transporte, la participación electoral y la participación de las mujeres en el mercado laboral en entornos de VFC. La agenda de investigación evoluciona con la cartera de i2i, alimentando el aprendizaje iterativo. i2i pone en práctica esta visión proporcionando asistencia técnica y financiera a los responsables de las políticas para identificar las cuestiones de género relevantes, diseñando una acción política adecuada y probando su impacto para motivar la ampliación, la reducción y, nuevas pruebas.
Problemas de igualdad de género y soluciones
La desigualdad de género se encuentra en diversos grados en la mayoría de las sociedades del mundo, y Estados Unidos no es una excepción. Al igual que los estereotipos y prejuicios raciales/étnicos subyacen a la desigualdad racial/étnica (véase el capítulo 3 «Desigualdad racial y étnica»), los estereotipos y las falsas creencias subyacen a la desigualdad de género. Aunque estos estereotipos y creencias se han debilitado considerablemente desde la década de 1970 gracias en gran parte al movimiento feminista contemporáneo, es evidente que persisten y obstaculizan los esfuerzos para lograr la plena igualdad de género.
Una perspectiva sociológica nos recuerda que la desigualdad de género proviene de una compleja mezcla de factores culturales y estructurales que deben ser abordados si se quiere reducir la desigualdad de género más allá de lo que ya se ha hecho desde la década de 1970. A pesar de los cambios que se han producido durante este periodo, los niños siguen siendo socializados desde su nacimiento en las nociones tradicionales de feminidad y masculinidad, y los estereotipos basados en el género que incorporan estas nociones todavía continúan. Aunque las personas deberían ser libres de asumir las responsabilidades familiares y profesionales que deseen, la socialización y los estereotipos todavía se combinan para limitar la capacidad de las niñas y los niños y de las mujeres y los hombres por igual para imaginar posibilidades menos tradicionales. Mientras tanto, los obstáculos estructurales en el lugar de trabajo y en otros lugares siguen manteniendo a las mujeres en un estatus social y económico subordinado con respecto a los hombres.
La desigualdad de género en el mundo
La igualdad de género es un objetivo en sí mismo y un requisito previo para el desarrollo sostenible y pacífico. La igualdad de género se logra cuando las mujeres, los hombres, las niñas y los niños tienen los mismos derechos, condiciones y oportunidades, y el poder de dar forma a sus propias vidas y contribuir al desarrollo de la sociedad. Es una cuestión de distribución equitativa del poder, la influencia y los recursos en la sociedad. Hay que poner fin a la posición de poder generalmente subordinada de las mujeres y las niñas en comparación con los hombres y los niños.
Todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas afectan tanto al individuo como a la sociedad en su conjunto y son un obstáculo para la igualdad de género y el desarrollo. Hay que cambiar las normas y costumbres sociales que sancionan la desigualdad y la violencia contra las mujeres y las niñas. El reparto desigual del trabajo doméstico y del hogar no remunerado que existe entre mujeres y hombres es un obstáculo importante para que las mujeres y las niñas puedan obtener una educación y participar en el mercado laboral y en la sociedad en las mismas condiciones que los hombres y los niños.
Suecia
Beatrice Alba no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
Existen pruebas de los prejuicios generalizados contra las mujeres y las niñas a partir de décadas de investigación psicológica. Por ejemplo, se llevó a cabo un experimento en el que los participantes vieron un vídeo de presentación empresarial con imágenes relacionadas con una nueva empresa, narrada por la voz del empresario. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a un grupo en el que una voz masculina o femenina narraba el discurso, que por lo demás era idéntico. Cuando la voz masculina presentaba la empresa, el 68% de los participantes pensaban que merecía ser financiada, frente a sólo el 32% cuando la presentaba una voz femenina.
Estos efectos se producen incluso cuando el género se presenta sólo sobre el papel. En un experimento en el que se pedía a los participantes que calificaran a un candidato para un puesto de director de laboratorio, se presentó una solicitud idéntica en dos condiciones distintas. Sin embargo, en cada condición, la solicitud se asignó aleatoriamente como perteneciente a «John» o «Jennifer». Los participantes a los que se les hizo creer que el solicitante era un hombre lo calificaron como más competente y contratable, además de ofrecerle un salario inicial más alto y más tutoría para su carrera.