¿qué relación hay entre sexualidad y género?
Los orígenes de la orientación: la sexualidad en el siglo xxi
Cuando se rellenan documentos oficiales, a menudo se pide el nombre, la fecha de nacimiento y el sexo o el género. Pero, ¿te han pedido alguna vez que indiques tu sexo y tu género? Puede que no se le haya ocurrido pensar que el sexo y el género no son lo mismo. Sin embargo, los sociólogos y la mayoría de los científicos sociales consideran que el sexo y el género son conceptualmente distintos. El sexo denota características biológicas y existe a lo largo de un espectro que va de lo masculino a lo femenino. El género, en cambio, denota características sociales y culturales que se asignan a los distintos sexos. El sexo y el género no siempre son sincrónicos, es decir, no siempre se alinean de forma fácil de clasificar.
Sexualidad y género: ¿recto y estrecho o redondo y saltarín?
La identidad de género es la experiencia interna e individual de cada persona con respecto al género. Es la sensación que tiene una persona de ser mujer, hombre, ambas cosas, ninguna de ellas, o de estar en cualquier lugar del espectro de género. La identidad de género de una persona puede ser igual o diferente a su sexo asignado al nacer.
La expresión de género es la forma en que una persona expresa o presenta públicamente su género. Esto puede incluir el comportamiento y la apariencia externa, como la vestimenta, el pelo, el maquillaje, el lenguaje corporal y la voz. El nombre y el pronombre elegidos por una persona también son formas comunes de expresar su género. Los demás perciben el género de una persona a través de estos atributos.
Trans o transgénero es un término general que se refiere a las personas con diversas identidades y expresiones de género que difieren de las normas de género estereotipadas. Incluye, pero no se limita, a las personas que se identifican como transgénero, mujer trans (hombre a mujer MTF), hombre trans (mujer a hombre FTM), transexual, travestido, o género no conforme, variante de género o género queer.
La identidad de género «vivida» es el género que una persona siente internamente («identidad de género» a lo largo del espectro de género) y que expresa públicamente («expresión de género») en su vida diaria, incluyendo el trabajo, mientras compra o accede a otros servicios, en su entorno de vivienda o en la comunidad en general. Véase el apartado 13.3.3 de esta política: Reconocimiento de la identidad de género vivida.
Sexo y sexualidad: curso acelerado de sociología #31
Skip to content¿Cuál es la diferencia entre sexualidad y género? 28 de mayo de 2021Nuestra identidad se compone de un MONTÓN de rasgos diferentes que son personales para nosotros. Cosas como nuestra sexualidad, cultura, religión, género, nuestra edad, nuestro cuerpo, y muchas más.
Utilizamos etiquetas para describir absolutamente todo en nuestras vidas; es el inglés básico. Así que no debería sorprendernos que también intentemos poner etiquetas a nuestra sexualidad. Etiquetas comunes como lesbiana, gay, bisexual, asexual, heterosexual y pansexual describen la sexualidad de una persona.
A veces, cuando elegimos una etiqueta para nuestra sexualidad, otras personas tienen ciertas expectativas sobre lo que significa. Si eres un chico gay, la gente puede asumir automáticamente que te gustan los cotilleos, Arianna Grande y que estornudas la purpurina y las banderas del arco iris. Y no pasa nada si lo haces. Pero si lo haces, no es porque seas gay, simplemente haces esas cosas siendo también gay.
La identidad de género, por otro lado, es nuestro sentido de lo masculino o femenino. Básicamente, es cómo nos sentimos en nuestra mente. Para mucha gente, la identidad de género coincide con su sexo. Esto se llama ser cisgénero.
Orientación sexual, identidad de género y espectro autista
A lo largo de la historia de la psicopatología (y de sus principales sistemas de clasificación) se han producido numerosas controversias y debates en relación con la orientación sexual y la identidad de género. Éstos aún se reflejan en las actuales reformulaciones de la disforia de género tanto en el Manual de Diagnóstico y Estadística como en la Clasificación Internacional de Enfermedades, y en las microagresiones más o menos sutiles que experimentan los pacientes lesbianas, gays, bisexuales y trans en la atención a la salud mental. El presente artículo revisa críticamente esta historia y las controversias actuales. Revela que este campo profundamente complejo contribuye (i) a la reflexión sobre el propio concepto de enfermedad mental; (ii) a la focalización en el malestar subjetivo y la experiencia centrada en la persona de la psicopatología; y (iii) al reconocimiento del estigma y la discriminación como variables intervinientes significativas. Por último, sostiene que la orientación sexual y la identidad de género se han considerado, en la historia del campo de la psicopatología, entre dos polos: la transgresión de género y la varianza/fluidez de género.